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El reciente conflicto entre Haití y la República Dominicana

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Mientras se encontraba en Nueva York para asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente Luis Abinader de la República Dominicana hizo una parada en el World Leaders Forum de la Universidad de Columbia el lunes, en donde defendió incondicionalmente su última medida transnacional, la cual ha causado controversia internacionalmente.

Abinader cerró indefinidamente las fronteras del país con Haití la semana pasada tras una disputa sobre la construcción de un canal en el lado haitiano del río Masacre, el cual ambos países comparten.

El incidente es el ejemplo más reciente de la áspera dinámica que ha existido históricamente entre los dos países. Las tensiones han escalado durante la década pasada, tras el grave deterioro político y económico en Haití que a su vez ha causado el éxodo de miles de sus ciudadanos que enfrentan una creciente violencia y pobreza día a día.

”Toda la frontera de la República Dominicana”, tanto terrestre como marítima y aérea, “estará cerrada”, dijo el presidente a los medios de comunicación el día antes de que la medida entrara en efecto.

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La comunidad internacional teme que el cierre aislará a Haití aún más. Abinader quiere que Haití abandone el proyecto, el cual desviará agua del río con el fin de aliviar la sequía que afecta una parte del Haití. El mandatario dominicano dice que el canal impactará negativamente a los productores agropecuarios dominicanos. Además, la República Dominicana ha dicho que la construcción del canal viola un tratado firmado en 1929.

Un soldado dominicano vigila desde la orilla del río Masacre, una frontera natural con Haití, en Dajabón, República Dominicana, el 15 de septiembre de 2023.Ricardo Hernandez/Associated Press

Este cierre fronterizo ocurre en uno de los peores momentos para Haití, cuando el gobierno está batallando para combatir a las pandillas criminales que controlan aproximadamente 80 por ciento de la capital del país. Recientemente las Naciones Unidas estimaron que las pandillas causaron la muerte de casi 2,500 personas en Haití desde el 1 de enero al 15 de agosto del presente año.

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Abinader indirectamente culpó a las bandas criminales en Haití en un discurso televisado después de que ordenó el cierre de las fronteras. También dijo que con la medida está “enfrentando a los incontrolables que mantienen la inseguridad en Haití y que por sus intereses particulares ahora conspiran también contra la estabilidad de su gobierno y la seguridad de nuestros recursos hídricos”.

Abinader siguió defendiendo el cierre fronterizo durante el foro en la Universidad de Columbia. Dijo que su país tiene un problema que va en contra de tratados internacionales de agua y que no es el gobierno haitiano quien está construyendo el proyecto del canal, sino entidades privadas que lo hacen sin autorización gubernamental. “Lo que estamos haciendo es proteger nuestro país de las bandas… y también del extremismo político que no respeta ni al gobierno haitiano”, según dijo. Y durante su discurso ante las Naciones Unidas también en Nueva York, aseguró que “no hay ni habrá nunca una solución dominicana al problema haitiano”.

Independientemente de si el cierre fue para mantener la seguridad, un mecanismo para meter presión a Haití para que detenga la construcción del canal o por otra cosa, el presidente dominicano tiene razón, al menos en lo que se refiere a las bandas criminales que se han vuelto tan poderosas en Haití. Pero a la misma vez, no se puede negar la geografía. La República Dominicana tiene que formar parte de cualquier solución al problema haitiano, ya que también es para su beneficio.

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Haití es el tercer socio comercial más grande de la República Dominicana. El año pasado, el país exportó $1,000 millones de dólares a Haití y $11 millones en importaciones, de acuerdo a cifras reportadas por la AP. Además, el comercio fronterizo informal entre los dos países alcanza casi $500 millones de dólares.

El cierre de la frontera dominicana con Haití es una herida que se ha infligido la República Dominicana a sí misma. Pero Haití sufrirá más con la medida. Puede que Abinader tenga varias razones para haber cerrado la frontera pero últimamente es contraproducente para ambos países, y es lo último que Haití necesita ahora.


Marcela García is a Globe columnist. She can be reached at marcela.garcia@globe.com. Follow her @marcela_elisa and on Instagram @marcela_elisa.